
BIENVENIDA DE LA PRESIDENTA
Bienvenid@s a Hipódromo de la Zarzuela (HZ)
Esta entidad es un reflejo de que espectáculo deportivo, empresa, cultura y servicio público pueden ir de la mano. El Hipódromo está considerado una de las obras maestras de la arquitectura madrileña del siglo XX, que fue diseñada por los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez y por el ingeniero Eduardo Torroja. En la actualidad está vinculado a Patrimonio Nacional y forma parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Como presidenta de HZ afronto el inicio de una nueva etapa en la institución desde la responsabilidad, el compromiso y el convencimiento del papel fundamental que desempeña el sector público empresarial para la economía del país. Como parte de éste, tenemos el propósito de desplegar una gestión sostenible, social y económicamente responsable, transparente y de calidad.
Hipódromo de la Zarzuela es una compañía con un gran potencial en la que se ha hecho en los últimos tiempos un buen trabajo. Vamos a continuar con la estrategia trazada, sabiendo que carreras de caballos, apuestas, actividades de ocio y restauración y la promoción de la imagen pública de HZ, han de confluir en un proyecto viable y con proyección de futuro.
Estamos seguros, además, del valor de las alianzas, por lo que seguiremos inmersos en una búsqueda permanente de patrocinadores y socios que nos ayuden a que el turf crezca, pasado lo peor de la pandemia. Caminaremos, por supuesto, junto a todos los operadores del ámbito del turf nacional y nos esforzaremos para que los propietarios sepan que contamos con unas magníficas instalaciones, ubicadas en el corazón de la capital madrileña, en las que poder estabular a sus caballos.
Esta página web es una ventana al conjunto de actividades ligadas al Hipódromo de la Zarzuela y una herramienta fundamental para dar conocer el trabajo que realizamos y seguiremos llevando a cabo con honestidad, ilusión, profesionalidad y dedicación. Os animo a acercaros a través de ella a la historia de HZ, la actualidad de las carreras y nuestro rico patrimonio arquitectónico y paisajístico. Un patrimonio que es de y para todos y todas.
Gracias por vuestra visita y os esperamos en el hipódromo.
Maritcha Ruiz
Presidenta de Hipódromo de la Zarzuela

Nuestra Historia


Antes de la apertura del hipódromo de La Zarzuela, las carreras de caballos en Madrid habían cumplido ya un siglo de historia. La primera carrera de la que hablan las crónicas tuvo lugar en la Alameda de Osuna en 1835. El duque de Osuna, apasionado de los caballos, tenía una importante finca en la que instaló una gran yeguada, y en 1841, junto a su hermano y varios amigos, todos aristócratas, fundó la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España (SFCCE) para impulsar este deporte en la capital, proteger la competición y fomentar la cría del caballo de carreras. Por ello, se habla del duque de Osuna como el padre de las carreras españolas. De aquellos años también existen crónicas de carreras celebradas en el Paseo de las Delicias y en la Casa de Campo.
Pagoda ganó en 1843 la primera carrera organizada por la SFCCE en la llamada finca de la Casa Blanca, en lo que podría catalogarse como primer hipódromo de Madrid. Las pistas de carreras no tenían tribunas, el público era muy escaso, principalmente de la aristocracia, y acudía a ver estas pruebas montando sus propios caballos. Durante esta época la mayoría de las carreras eran dedicadas a gentleman riders o jockeys militares.
En 1845 se disputaron carreras en el nuevo hipódromo de la Casa de Campo. Pero aún sin una seria reglamentación y con un programa de carreras minúsculo, sin existir un calendario de pruebas destinado a mejorar la raza de los ejemplares. Las carreras eran además un espectáculo muy minoritario por entonces.
En 1867 fue aprobado el código de carreras francés como propio para mejorarlo en 1876 con algunos artículos del Jockey Club inglés.
El 31 de enero de 1878, aunque sin las obras totalmente terminadas, y coincidiendo con los esponsales de Alfonso XII con María de las Mercedes de Orleáns y Borbón se inauguró el hipódromo de La Castellana. La pista tenía una cuerda de 1.400 metros y en ella se disputó el primer Gran Premio de Madrid en el año 1881, prueba que tenía las condiciones de la que luego sería el Gran Premio Nacional y posteriormente, durante un tiempo, la Copa de Su Majestad el Rey.
Un año muy importante para el desarrollo más formal de nuestras carreras de caballos fue 1883, en el que, dependiente de la Dirección General de Agricultura Industria y Comercio, se creó la Comisión del Registro Matrícula de Caballos de Pura Sangre o Stud Book español.
En 1919 se inauguró en terrenos de la Casa Real el hipódromo de Aranjuez (Legamarejo), donde se compitió hasta 1934. También en 1919, en La Castellana, se disputó por primera vez la versión actual del Gran Premio de Madrid, como el primero de los enfrentamientos intergeneracionales que se disputaban en España. Eran años en los que los colores de Cimera y del Duque de Toledo triunfaban en las pistas españolas.
En enero de 1933 se produjo una orden de caducidad de la concesión para utilizar los terrenos del hipódromo de La Castellana, ya que estaba situado en una de las vías de expansión de Madrid y en esos terrenos se había proyectado construir los Nuevos Ministerios. El hipódromo cerró y el de Legamarejo en Aranjuez se vio forzado así a reabrir sus puertas, acogiendo el Gran Premio de Madrid de 1933.
En la memoria de los viejos aficionados han quedado nombres para el recuerdo de grandes caballos que se batieron en las pistas del hipódromo de La Castellana como Colindres, Nouvel An o Atlántida así como de grandes jockeys como George Archibald, Carlos Belmonte, Leforestier, Victoriano Jiménez o Carlos Díez. Estos dos últimos tuvieron el privilegio de triunfar, pese al parón provocado por la Guerra Civil, también en el Hipódromo de La Zarzuela, en la década de los cuarenta.


En el verano de 1934 se dio el visto bueno para la construcción del hipódromo de La Zarzuela. El Gabinete Técnico de Accesos y Extrarradio convocó un concurso para realizar el proyecto del hipódromo, al que se presentaron tan solo nueve equipos de arquitectos de entre los que resultó ganador el del ingeniero Torroja y los arquitectos Arniches y Domínguez, que se inspiraron en el hipódromo de San Siro de Milán.
La prestigiosa revista ‘Hormigón y Acero’ dedica monográficamente su número 7, de noviembre de 1934, al Concurso de Proyectos del Hipódromo de la Zarzuela de Madrid. Enlace a Revista
Las obras, que comenzaron en 1935 con un presupuesto de tres millones de pesetas, quedaron paralizadas en julio de 1936 por la Guerra Civil. Tras la contienda, el hipódromo no era más que un montón de ruinas ya que se encontraba en pleno frente de Madrid. En 1940, se realizaron las primeras obras de reconstrucción, que permitieron la inauguración del recinto el 4 de mayo de 1941.
En los primeros años de carreras, década de los cuarenta, hubo que importar productos extranjeros, ya que la guerra había mermado la cabaña caballar.


La década de los cincuenta resultó un poco más halagüeña en parte por la mejora de la situación económica del país. En 1951 se creó el hándicap libre para caballos de tres años y más, mientras que un año más tarde, en 1952, se instituyeron el Derby (Premio Conde de Villapadierna) y los Oaks (Premio Ramón Beamonte), por lo que el programa de carreras español empezó a contar desde ese momento con un calendario clásico, siguiendo el modelo europeo. En 1954 se aumentó el número de carreras por jornada, entrando en el programa la sexta carrera. Dos años más tarde se duplicó el monto de dinero destinado a premios; en este año también se crea la apuesta quíntuple que puede ser jugada fuera del hipódromo.

A principios de los sesenta se realizaron diversas obras de mejora como fueron una pista de entrenamiento de arena nueva, la terminación de las instalaciones de los jockeys y gentlemen, la enfermería y la construcción de una nueva tribuna de general. Son años de prosperidad económica en España que repercuten directamente en la calidad de las carreras, en las apuestas, en los premios repartidos, en la afluencia de público al recinto y en el número de caballos en entrenamiento que hasta entonces no había sobrepasado los 350 productos pensionados en el hipódromo de La Zarzuela. En 1968 el Gran Premio de Madrid repartió por primera vez la suma de un millón de pesetas en premios. Tebas, propiedad del duque de Alburquerque, y montado y entrenado por él mismo, se alzó con el triunfo. Un año más tarde se compró en Francia una máquina fotográfica para la llegada, la famosa foto-finish.

En la década de los 70, las carreras en Madrid vivieron una época de esplendor: en 1971 se disputó la primera carrera con cajones de salida, que sustituían las antiguas cintas; dos años más tarde se terminó de construir la pista de steeple-chase; en 1974 entró en funcionamiento el totalizador de apuestas, una gran novedad para los apostantes. En 1975 se inauguró el control antidopaje y se instauró un premio para el cuarto clasificado en cada una de las pruebas, debido a que el número de caballos en entrenamiento era cada vez mayor y, por tanto, el número de caballos participantes en cada carrera. Fue, además, una década en la que se sucedieron los campeones uno detrás de otro, desde My Mourne hasta El Señor, pasando por Chacal y Rheffíssimo, hasta desembocar en El País.

En el año 82 se creó la Agrupación de Propietarios, presidida por Ramón Mendoza, quien se hace cargo de la SFCCE y, por lo tanto, del hipódromo de La Zarzuela en 1983. Durante su mandato se puso en funcionamiento la Quiniela Hípica (QH), que representó la primera gran apuesta nacional en la historia de las carreras de caballos en España. Las buenas recaudaciones, que alcanzaron la cifra de 5.000 millones de pesetas en el total de la temporada de 1984 junto con la difusión de las carreras a través de Televisión Española, hicieron crecer el sector y el número de propietarios aumentó paulatinamente hasta alcanzar la cifra récord de 1.000 caballos en entrenamiento en 1988. Tras un breve paso del duque de Alburquerque, Lorenzo Sanz tomó las riendas del Hipódromo, con una QH ya en plena decadencia. En 1988 se inauguraron las temporadas veraniegas de carreras nocturnas. Y 1991 fue el último año de vida de la QH, que apenas lograba superar los 510 millones de pesetas.

En 1992, la SFCCE, en quiebra, solicitó a Patrimonio Nacional el traspaso de la concesión del hipódromo de La Zarzuela a la empresa Hipódromo de Madrid, S.A., propiedad de Enrique Sarasola, que fracasó en su gestión. La victoria del caballo El Aleph, con José Luis Martínez, en la última carrera de la temporada de otoño de 1996, el 15 de diciembre, puso punto final a 55 años ininterrumpidos de competición en el monumental hipódromo madrileño. En la primavera de 1997, la empresa de Sarasola se declaró en suspensión de pagos. Empezó así un triste cierre de las instalaciones que se alargó por nueve años.

Tras dos concursos de concesión convocados por Patrimonio Nacional, en 2001 no se logra adjudicar el hipódromo a ningún grupo privado. Finalmente, el 30 de septiembre de 2003, Patrimonio Nacional e Hipódromo de La Zarzuela, S. A. firmaron un acuerdo que da cobertura a la explotación integral de la finca en una primera fase durante 25 año, hasta 2028.



La reapertura del hipódromo de La Zarzuela tuvo lugar el 23 de octubre de 2005, tras casi nueve años de cierre. Desde entonces, se vienen celebrando las habituales temporadas de primavera, verano (con carreras nocturnas) y otoño.
En octubre de 2009, las tribunas del Hipódromo de La Zarzuela fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento. Y en 2016 se marcó un hito clave en el largo proceso de rehabilitación de la instalación, con la recuperación de la pelouse, o paseo existente entre las tribunas y las pistas.




En el hipódromo de La Zarzuela han participado grandes jockeys que han marcado la historia de las carreras de caballos en todo el mundo: Bill Shoemaker, el tejano, fue uno de los mejores jockeys en Estados Unidos de todos los tiempos; Lester Piggott, el gran jinete inglés varias veces vencedor en el Derby de Epsom y ganador en 1967 del Gran Premio de Madrid, montando a Toté; Lanfranco Dettori, una de las estrellas contemporáneas; Cash Asmussen, el gran jinete norteamericano que prefirió desarrollar gran parte de su carrera profesional en Europa pese a haber alcanzado fama y dinero en su país.
Kieren Fallon, John Reid, Gerald Mossé, Pat Eddery, Ray Cochrane, Olivier Peslier, John Murtagh o Michael J. Kinane son otras de las grandes fustas inglesas, francesas e irlandesas de los últimos treinta años que se han dejado ver por las pistas de La Zarzuela.
Entre los caballos que han corrido en La Zarzuela y que han triunfando en el extranjero cabe destacar a Royal Gait, laureado en Gr.1 y vencedor en la Gold Cup de Ascot y posteriormente distanciado; Partipral, el gran caballo que pasó de correr un reclamar a adjudicarse la Hong Kong Cup, dotada con 100 millones de pesetas al ganador; Equiano, luego ganador dos veces del King’s Stand de Royal Ascot; Bannaby, también ganador de Gr.1, en este caso del Prix cadran en el meeting del Arco de Longchamp; Teresa, que se atrevió a correr con los mejores en el Arco del Triunfo parisino; Noozhoh Canarias, segundo y tercero de Gr.1 en París, etcétera. El centro de entrenamiento de La Zarzuela también puede enorgullecerse de haber sido la cuna de otro ganador de Gr.1, en este caso Sir Andrew, formado en las manos del preparador Fernando Pérez y campeón en Hong Kong en 2017 bajo el nombre de Helene Paragon.


HISTORIA DEL MONUMENTO
Antecedentes
Las tribunas del Hipódromo de La Zarzuela, declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento en octubre de 2009, se empezaron a construir en 1935, aunque no se inauguraron hasta mayo de 1941, debido a la Guerra Civil -la obra ya estaba prácticamente terminada al inicio de la misma.
El Hipódromo, adscrito a Patrimonio Nacional y diseñado por los arquitectos Carlos Arniches, Martín Domínguez y por el ingeniero Eduardo Torroja, está consdierado como una de las obras maestras de la arquitectura madrileña del siglo XX, ya que significó un avance importante desde el punto de vista estructuras, así como por el tipo de materiales empleados en su contrucción. Se incluye dentro de la corriente arquitectónica denominada "orgánica". La ingienería constituye parte fundamental del proyecto y destaca del conjunto la cubierta de las tribunas con sus amplios voladizos.
Esta obra, que entonces supuso una auténtica innovación en los sistemas de construcción, conserva actualmente su estructura tal y como se proyectó, después de ser reparada de los impactos que sufrió durante la guerra civil española. Todavía hoy sigue siendo visitada por especialistas nacionales y extranjeros para estudiar su solución estructural.
El Hipódromo es de una belleza singular destacando la construcción de las viseras de las tribunas, un espléndido, novedoso y muy premiado proyecto del ingeniero de caminos Torroja, responsable de la realización de importantes edificios civiles en los años treinta y especialista en el estudio de nuevos materiales de gran resistencia, especialmente el hormigón armado.
La principal novedad de ese proyecto fue la cubierta de la tribuna, hecha con láminas de hormigón armado en forma de hiperboloides, que con sólo 5 cm. de espesor en el extremo de los voladizos soportan todos los esfuerzos sin nervios ni refuerzos, simplemente con un anclaje posterior de tirantes, separados por cinco metros. La marquesina laminar vuela casi 13 metros.
El graderio de los espectadores se sustenta en su parte superior en un soporte vertical principal y en su interior en otro soporte de gran rigidez. La posición de éste viene obligada por la necesidad funcional de alojar bajo la grada una galería con salida directa a la pista. Volada sobre ménsulas que salen del soporte principal, bajo la galería delantera, se dispuso una galería de servicio no abierta al público.
Para los muy expertos es interesante reseñar las palabras del propio Torroja que definía su propia obra de la siguiente manera en la revista de Obras Públicas de junio de 1941: “Algunos me han preguntado cómo nacieron las cubiertas laminares del Hipódromo de Madrid. Y bien, ellas no son, ni la obra de un genio, ni el resultado de una idea maravillosa o de una momentánea inspiración, son simplemente el resultado de un estudio de la evolución anterior de las formas del hormigón armado”. A lo que añadía: “para un ojo medianamente acostumbrado a este tipo de estructuras resultaba claro que esta forma de lámina era apta para resistir bien los esfuerzos y el fenómeno estructural que se le pedía (…) quizás lo más interesante de esta estructura era la imposibilidad de desarrollar un cálculo analítico perfecto de la misma, pero que ello no justificaba una negativa a su empleo, ya que las ventajas de ligereza, de adaptabilidad al fenómeno resistente y de efecto estético parecían evidentes.”

ACTOS DEL 75º ANIVERSARIO
Cumplimos 75 años!
Estamos de aniversario! Y para celebrarlo por todo lo alto hemos preparado una temporada de carreras cargada de novedades, fuertes emociones y mucha diversión. Y todo porque hace 75 años, concretamente en 1941, el Hipódromo de La Zarzuela abrió sus puertas al público por primera vez.
El Hipódromo de La Zarzuela está considerado como una de las obras maestras de la arquitectura madrileña del siglo XX gracias a sus tribunas, y en particular, a los voladizos que las coronan; una genialidad del ingeniero Eduardo Torroja quien, con este proyecto, se adelantó a su tiempo. De hecho, en 2009 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento, y hoy en día sigue siendo objeto de estudio para profesionales y alumnos de arquitectura.

Recuperación de la pelouse
Es la gran obra del 75º aniversario del Hipódromo de La Zarzuela, y la que pone el broche de oro a la rehabilitación del emblemático recinto madrileño iniciada en 2005. Inexistente desde 1996, corresponde con la zona ubicada entre las gradas y la pista; un espacio verde en el que confluyen todas las emociones y sensaciones y que, en origen, aportaba distinción y personalidad. Durante medio siglo fue un punto de encuentro para los amantes de las carreras de caballos y los visitantes ocasionales. Con este hito, el público podrá disfrutar de las carreras a pie de pista; todo un espectáculo.

Museo Torroja
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Historia y Biblioteca del Hipódromo
El sábado 1 de julio de 2017 fue presentada a la prensa la Biblioteca "Miguel Ángel Ribera", situada en el torreón F2 de la Villa Norte del Centro de Entrenamiento de HZ (junto a la sede de la Asociación de Criadores). La nueva biblioteca tiene vocación en realidad de ser un centro de interpretación de las carreras de caballos, en el que aficionados e investigadores encuentren muchas oportunidades de conocer no solo la realidad histórica de este deporte, sino su evolución en España. Cualquier interesado puede ponerse en contacto con la biblioteca en la dirección de correo electrónico bibliotecamar@hipodromodelazarzuela.es.
La biblioteca inició su andadura gracias a la cesión gratuita del fondo documental de Miguel Ángel Ribera Fernández de Heredia, propietario, criador, entrenador y periodista hípico durante toda una vida dedicada a las carreras. Este fondo cuenta con más de mil volúmenes (entre libros, revistas encuadernadas y otras publicaciones), más grabados, carteles y vídeos. Asimismo, se han añadido el fondo editorial de Hipódromo de La Zarzuela y numerosas donaciones particulares, que aún no figuran en el primer inventario que se puede consultar en este espacio, al igual que el gran archivo fotográfico de la revista Pura Sangre, y una colección de vídeos en formato DVD.
De la puesta en marcha de este proyecto se encargó el conocido y respetado periodista e historiador de las carreras Paco Salas, colaborador de numerosas publicaciones hípicas y autor de múltiples obras, entre las que destacan el reciente repaso a la historia del Hipódromo de La Castellana o los valiosos volúmenes deMadres de Corredores.
El fondo básico aportado por Miguel Ángel Ribera eleva a 1.263 los tomos inventariados, que incluyen gran parte de la totalidad de revistas especializadas en las carreras de caballos publicadas en España, al que se añade un repertorio de 638 otras revistas sin encuadernar; 31 diferentes carpetas que albergan una selección de interesantes artículos aparecidos en revistas extranjeras; 167 vídeos; además de las 7.200 fotos que fueron publicadas en la revista Pura Sangre a lo largo de los años que van de 1974 al 85. A todo lo descrito se añaden las sucesivas aportaciones realizadas por:
D. CARLOS PARADA RODRÍGUEZ
De una afición hacia las carreras, que a los 18 años comenzó tan intensamente como para desde el primer momento acudir de madrugada a presenciar los entrenamientos, cabía esperar muchas cosas. Tantas como hasta llegar a desempeñar el cargo de Comisario de Carreras, implicarse tempranamente en las peñas hípicas y sus juntas directivas, tales como el Club Hipódromo, la Primer Paso, la Goya, colaborando activamente en sus poules y concursos de pronósticos y al tiempo, como también lo ha hecho su mujer Maribel Martínez. Contribuyó a dar vida a Un Tercio de Siglo un libro emblemático de nuestras carreras y ha escrito multitud de artículos minuciosamente documentados sobre hechos, personajes y caballos de nuestro turf en las revistas especializadas Gran Premio y Pura Sangre, respaldados en la ingente colección de publicaciones que han ido formando y que con el detalle que puede apreciarse en el correspondiente inventario de los fondos aportados, ahora donan en favor de esta biblioteca. Su cifra alcanza los 309 libros o tomos y 1.213 números de revistas.
D. JOSÉ ANTONIO HERNÁNDEZ
Aficionado de amplio recorrido y pronto propietario de la cuadra Igueldo, ha participado también en otras cuadras y ha sido, además, racing manager de la cuadra Madrileña en su época más brillante de los 80 y 90, cuando sus efectivos ya comenzaron a realizar incursiones victoriosas a Francia.
Hace una importante donación por cuanto representa ampliar a una nueva y a la vez necesaria línea para mejorar la biblioteca; que consiste en comenzar a nutrirla con los fondos filmados de las carreras españolas que bajo petición, el hipódromo realizaba en su momento para los propietarios en las décadas de los 80-90 en el antiguo sistema VHS. Aporta una veintena de estos videos, 10 de resúmenes anuales de las pruebas europeas más destacadas y 110 más con carreras relevantes grabadas, tanto españolas como las de grupo de Inglaterra y Francia en un período comprendido entre 1989 a 2008.