Conocido en el hipódromo como Pepe González, este empresario del mundo de la moda hizo gala de una afición absolutamente apasionada que le llevó en pocos años a formar una cuadra de carreras poderosa, capaz de plantar cara en ocasiones a Rosales y Mendoza, y un plantel de cría de enorme número y con efectivos de tremenda calidad, con yeguas estupendas, muchas de las cuales compró a los dos grandes, Ramón Beamonte y al conde de Villapadierna, cuando ambos estaban ya en el ocaso de su producción. De hecho, González adquirió en su momento incluso a La Sanctíssima, la no corredora de muchos nervios que había parido a Rheffíssimo.
Muchos nombres pueden asociarse de alguna manera a la cuadra Asturias (Wavy Run, Lord Owen, Lymington, Serial, Principado, Reddy Tom, Tomyris, Rodiles, Salaam, Villa Blanca, Spadoun, etcétera…), pero probablemente su obra cumbre como criadora fue Robertiya, adquirida por la cuadra Alborada, que no solamente fue una magnífica yegua de carreras, especialmente a los dos años, sino una gran reproductora posteriormente y que puso en pista nada menos que a Volvoreta, ganadora del Prix Vermeille (Gr.1) y tercera en el Arco de Triunfo.
Durante años, los productos criados por Pepe González fueron signo de calidad, y a buen seguro que, dada su afición y conocimiento, de haber tenido continuidad su proyecto (que comenzó a finales de la década de los setenta del siglo XX y culminó con dos estadísticas consecutivas en 1990 y 1991), habría reportado muchos más campeones a las carreras españolas.
(Foto: www.amigosdelmoyate.es)