CUADRA ROSALES

CUADRA ROSALES
Antonio Blasco & Marita Villalonga

Antonio Blasco abrió la Venta de la Rubia en 1971 y en 1976 ganó su primera estadística como criador, y con su propio nombre, rompiendo por primera vez la hegemonía de la Yeguada Militar. Blasco ya no abandonó ese podio hasta su muerte y con posterioridad a ella, y tomado el relevo de su proyecto por su viuda, Marita Villalonga, la cuadra Rosales que él había iniciado mantuvo ese dominio abrumador hasta 1989.

Rosales criaba caballos para su cuadra de carreras, no para venderlos, aunque en ocasiones organizó alguna subasta para aligerar su plantel. Una vez que los caballos ya estaban en competición, y si no estaban al nivel deseado, Rosales sí que vendía caballos con los que otros propietarios podían divertirse, y es el ejemplo del buen Coloso. Las inversiones de Blasco fueron muy importantes para reforzar siempre su plantel de yeguas de cría (inolvidables Celestial River o Come Hither) con las mejores sangres, y también apostaba por machos que pudieran ejercer de sementales con garantías (Rubric, por ejemplo, llegó a España siendo colocado de Grupo a dos años en Inglaterra). No obstante, Blasco y luego la cuadra Rosales no se limitaban a criar en la Venta de la Rubia. En España, por ejemplo, utilizaron mucho la Yeguada Torreduero de Javier Navarro Reverter, y además, Antonio Blasco poseía una yeguada en Irlanda, de la que hablaba poco, donde también crió muchos potros que luego traía a Madrid siendo yearlings.

Con su crack Chacal como semental base, desde Leyla a Brezo, pasando por El Alcázar o Number One, son innumerables los nacionales e categoría que crió Rosales, después de muchos años en los que las exportaciones fueron la base de su cuadra de carreras. El producto final fue la excelsa Teresa, hija de Rheffíssimo (que terminó su vida, en 1990, ejerciendo sus labores de semental en la Venta de la Rubia) y de Takala, una yegua importada que había ganado con los colores de Rosales el Gran Premio de Madrid.